Poema de Gloria Fuerte
pasaba el día pensando
-sin pensar en lo que hacía-
se le olvida echar la sal,
nunca pela las patatas
y le sale el guiso mal.
La paella sin arroz.
(¡Qué atroz!)
Lo peor fue el otro día...
encerrado en la cocina,
peló viva a una gallina
y en el horno la metió…
(Pasó un rato...)
Y la gallina gritó temblando:
- Fernando, Fernando,
o enciendes el horno
o me pones las plumas.
¡Que me estoy helando!
Poema
Una
pizca de sal y limón
y seguir la receta con atención,
porque para ser un buen cocinero
debes
de prepararte con esmero.
Los
ingredientes has de sacar,
verdura y hortiliza has de lavar,
¡cuidado
con el cuchillo,
te
vayas a cortar!
Y
tengamos un problema
antes de empezar.
Cocinero, cocinero
con gorro y delantal,
no
te entretengas pensando,
que
la comida se puede quemar.
Agua
a hervir,
y pimientos
a freir,
mientras
los tomates vas cortando
que al solito queso irán acompañando.
Si el pollo está "saborío"
le pones ricas patatas,
y si el plato se queda vacío
de una rica guarnición lo acompañas.
No tienes secretos,
eres el mago de la cocina
porque sabores mezclados
son platos de fantasía.
Una
pizca de sal y limón,
un
delantal de humor y sonrisa,
un
cocinero de gran corazón,
hace
la comida mucho más rica.
Cocinero,
cocinero,
entre fogones
pasas la vida.
pasas la vida.
AGOSTO - TEORÍAS (Canciones 1921-1924)
Federico García Lorca
Agosto.
Contraponientes
de melocotón y azúcar,
y el sol dentro de la tarde,
como el hueso en una fruta.
La panocha guarda intacta
su risa amarilla y dura.
Agosto.
Los niños comen
pan moreno y rica luna.
Poemas de Miguel Hernández
Como la higuera joven
de los barrancos eras.
Y cuando yo pasaba
sonabas en la sierra.
de los barrancos eras.
Y cuando yo pasaba
sonabas en la sierra.
Como la higuera joven,
resplandeciente y ciega.
resplandeciente y ciega.
Como la higuera eres.
Como la higuera vieja.
Y paso, y me saludan
silencio y hojas secas.
Como la higuera vieja.
Y paso, y me saludan
silencio y hojas secas.
Como la higuera eres
que el rayo envejeciera.
que el rayo envejeciera.
Me tiraste un limón
Me tiraste un limón, y tan amargo,
con una mano cálida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.
con una mano cálida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.
Con el golpe amarillo, de un letargo
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió la mordedura
de una punta de seno duro y largo.
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió la mordedura
de una punta de seno duro y largo.
Pero al mirarte y verte la sonrisa
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena,
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena,
se me durmió la sangre en la camisa,
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.
Tu corazón, una naranja helada
Tu corazón, una naranja helada
con un dentro sin luz de dulce miera
y una porosa vista de oro: un fuera
venturas prometiendo a la mirada.
con un dentro sin luz de dulce miera
y una porosa vista de oro: un fuera
venturas prometiendo a la mirada.
Mi corazón, una febril granada
de agrupado rubor y abierta cera,
que sus tiernos collares te ofreciera
con una obstinación enamorada.
de agrupado rubor y abierta cera,
que sus tiernos collares te ofreciera
con una obstinación enamorada.
¡Ay, qué acometimiento de quebranto
ir a tu corazón y hallar un hielo
de irreductible y pavorosa nieve!
ir a tu corazón y hallar un hielo
de irreductible y pavorosa nieve!
Por los alrededores de mi llanto
un pañuelo sediento va de vuelo
con la esperanza de que en él lo abreve.
un pañuelo sediento va de vuelo
con la esperanza de que en él lo abreve.